El proyecto desarrollado para Bossa, en el barrio Petrópolis de Porto Alegre, fue el primero en contrastar con los edificios residenciales de su entorno, completamente cerrados a la calle.
Enriquecer la escala urbana y promover la armonía entre el edificio y la ciudad fueron los puntos de partida de Bossa. En la planta baja, un largo volumen horizontal de hormigón visto y vidrio ha hecho la fachada permeable a los peatones, y es también un elemento de transición para la torre de once plantas.
La promoción, con amplios pisos de dos dormitorios, ganó el International Property Awards en la categoría de arquitectura de gran altura de Brasil en 2013.