En una parcela trapezoidal de 900 metros cuadrados, con una suave pendiente que desciende hasta una pequeña playa lacustre, se alza la Casa Areia, de 590 metros cuadrados, en el municipio de Xangri-lá, en el litoral norte de Rio Grande do Sul.
La forma del solar fue determinante para dar forma al proyecto. Dos volúmenes perpendiculares conforman la sencilla geometría del edificio.
La piscina de 18 x 7 metros se extiende desde la parte delantera de la parcela, sobresaliendo de la playa y dando una sensación de continuidad entre las aguas. Sobre ella se encuentra la segunda planta, que alberga la zona íntima. Las tres suites, así como la sala familiar de esta planta, miran al lago por el sur.
Formalmente, la fachada delantera consta de dos volúmenes superpuestos, con un sutil desalineamiento. Mientras que el volumen inferior da al jardín y está revestido con paneles de marco de gamba, también de madera ecológica WPC, el volumen superior sigue el ángulo trapezoidal del terreno, con un brise-soleil lineal del mismo material, rematado por una ondulación que expone la zona de estar íntima y filtra la entrada de luz, proporcionando efectos escénicos en la circulación. La fachada que da al lago armoniza con el volumen superior, que flota sobre un zócalo acristalado y domina la zona social.
Como siempre, los proyectos de Stemmer Rodrigues tienen una especial preocupación por la sostenibilidad. Además de cuidar la ventilación cruzada y la insolación, todos los cuartos de baño tienen iluminación y ventilación natural mediante cenitales. La casa funciona con paneles fotovoltaicos, ocultos en el tejado, que generan energía incluso para calentar la piscina.