Hace cien años, la revolución feminista comenzó en la Bauhaus
Hace cien años, la revolución feminista comenzó en la Bauhaus
En algunos momentos de la historia, el destino ha reunido a mentes privilegiadas que fueron responsables de grandes avances creativos. A día de hoy disfrutamos de los resultados de estos encuentros. Así ocurrió en la antigua Grecia, en el Renacimiento italiano y hace exactamente cien años, en abril de 1919, en la emblemática Bauhaus.
Un grupo de maestros y aprendices se unieron para revolucionar la forma de vida. Los límites entre la arquitectura, la pintura, la escultura, el dibujo y un sinfín de otras manifestaciones artísticas se difuminaron y se estableció una visión multidisciplinar. Bajo la égida del pensamiento "la forma sigue a la función", la filosofía moderna abogó por el máximo funcionalismo.
Hay acuerdo en que el legado de la Bauhaus representa una verdadera revolución cultural, tanto en términos de estética como de producción a escala industrial. Ahí nació el diseño tal y como lo conocemos hoy. La escuela introdujo el uso de materiales prefabricados, la simplificación de los volúmenes, la geometrización de las formas y el predominio de las líneas rectas.
Una cara poco conocida de esta escuela adquiere, en la actualidad, una relevancia significativa: representó la puerta de entrada de las mujeres en el universo creativo. La idea inicial era reservar un tercio de las plazas para mujeres, pero pronto estuvieron en igualdad de condiciones en la planificación, la producción y la crítica.
Al principio, tras una rigurosa selección, se enviaban al departamento de tejido. Allí eran totalmente responsables del proceso, desde la creación hasta el mantenimiento de los equipos. Pronto empezaron a participar en talleres de fotografía y escultura. Durante muchos años se les negó el acceso a los cursos de arquitectura con el pretexto de que los profesores de la disciplina temían una tendencia excesivamente decorativa. Temían una arquitectura demasiado femenina.
Tenían razón en tener miedo. Poco podían anticipar que lo femenino concentra en sí mismo ideas e ideales muy similares a los de la Bauhaus: equilibrio, sencillez, naturalidad... bebe de las artes para humanizar la industria y revolucionar todo lo que toca.
Hemos venido a hacer mucho más que tapices. Sin duda, ¡hacemos el mundo mucho más femenino!
Arquitecta Ingrid Stemmer
Director de proyectos en Stemmer Rodrigues Architecture