Una casa totalmente de planta baja, acogedora, que aportase una sensación de bienestar y calma para disfrutar de los fines de semana: estas eran las peticiones del propietario de la Casa Mansa, de 201m², situada en Xangri-lá, ciudad cercana a Porto Alegre.

La casa está situada en una esquina, por lo que su distribución parte de una línea sinuosa, ejecutada a través de un panel de madera, que separa la zona social de la íntima. Dos grandes planos horizontales de hormigón finalizan el concepto minimalista y contemporáneo, mientras que otros dos grandes planos acristalados, que se abren completamente, garantizan la integración con la zona exterior, se añadieron brises para asegurar la privacidad de los residentes.

El proyecto se ejecutó en sólo seis meses y, para conseguirlo en tan poco tiempo, se utilizaron técnicas de construcción especiales, como hormigonar el suelo y el subsuelo en la fase inicial de la obra en una sola etapa.

Partiendo de la mínima intervención en el terreno, se han conservado todos los grandes árboles ya existentes en él. Las técnicas sostenibles empleadas garantizan la ventilación cruzada y reducen al mínimo el uso de sistemas de acondicionamiento térmico e iluminación. El diseño de la iluminación es predominantemente indirecto, lo que añade valor a la arquitectura y crea una atmósfera espectacular.