El proyecto, ubicado en un condominio en Novo Hamburgo, fue implantado en diagonal en la curva más alta del terreno, en un punto focal privilegiado en relación a la esquina. Los elementos dialogan armoniosamente: la planta de hormigón, sostenida por columnas circulares, y las curvas que señalan la entrada social de la casa. Una larga hendidura horizontal suaviza la rigidez del volumen de hormigón, aportando más luz al salón. Los paneles de ipe hacen un telón de fondo que imita las puertas sociales y de servicio, componiendo la armonía de los tres materiales.